Construir una familia fuerte y feliz es una decisión que implica no sólo un 200% de amor, sino además mucha responsabilidad, paciencia y comprensión. Esto es algo que todos pueden reconocer fácilmente, pero que en el afán del día a día también es fácil olvidar.
En esta ocasión y para que continúes recordándolo, queremos que te conectes con tu infancia. Probablemente alguna vez en tu vida construiste y volaste una cometa, y de no ser así; lo más seguro es que si hayas visto muchas de ellas volar en el cielo. Ahora vamos paso a paso a revivir el momento en el que se construye. Para iniciar, necesitas preparar todos los elementos necesarios.
En primer lugar se encuentran las bases o la estructura. Es de los elementos más importantes, pues desde allí le empiezas a dar forma y firmeza a lo que será el resultado final. Si lo comparas con la consolidación de una familia, es donde se construyen los valores, los principios, la cultura, las creencias y los propósitos que se tienen en común. Por supuesto, estas bases están unidas en amor; es lo que las hace fuertes y sólidas en el tiempo.
Continuamos con la vela. Esta parte puede ser de papel o de tela y su función es enfrentarse directamente al viento. Así como nuestros hijos son únicos, llenos de alegría, hermosos e irremplazables, las velas pueden ser de todas las formas, figuras y colores, pero lo que es seguro es que inevitablemente se enfrentarán a diversos vientos, que podrán golpearlas fuerte pero al mismo tiempo llevarlas más alto.
La estabilidad de la cometa dependerá en gran medida de las bases sobre las cuales está construida y de la relación que hay entre ésta y el hilo de vuelo. A la unión entre estas partes la llamamos brida, y en la familia es muy similar al estilo de comunicación que tenemos con nuestra pareja y con nuestros hijos, pues en el caso de la cometa, una brida bien posicionada determina el ángulo de su vuelo. Así mismo, una buena comunicación, desde el amor y la asertividad permitirán que cada situación en el hogar fluya de una mejor manera. El hecho de no comunicarnos bien en familia o no tener una brida bien ajustada puede hacer que una cometa no vuele.
El hilo o la línea es lo que une la cometa a la persona que la vuela y en este caso son los padres los encargados de esta labor. No siempre estarán ambos, o por el contrario, en algunos momentos estarán presentes también abuelos y cuidadores. Lo importante es saber identificar cuándo tirar del hilo y cuando soltarlo un poco, pues es de percepción, amor y práctica el saber identificar el momento indicado para cada cosa. No importa si debes recoger el hilo con frecuencia y no importa si te devuelves, porque finalmente tu cometa y tú se sentirán más seguros para cuando llegue otra corriente de viento. Así mismo, es importante brindar más hilo cuando sea el momento indicado y aunque a veces duela, se vale usar guantes para que al soltarlo no queden heridas.
Como ves, la cometa también ejemplifica el proceso formativo que viven los pequeños, así que el hilo también representa al docente; esa figura que acompaña y apoya en un entorno de aprendizaje que es primordial para nuestros hijos.
Por último y de acuerdo a la necesidad, se agregan las colas. Hay cometas que solo requieren una cola muy corta, hay otras que requieren varias y de mayor longitud. Este elemento proporciona estabilidad y representa gran parte de los límites que debemos poner como padres o educadores. No siempre serán bien recibidos, pero es normal que los pequeños no estén de acuerdo mientras se acostumbran a ese vuelo y evidencian la estabilidad que esos límites pueden generar a futuro.
Ahora solo queda buscar un buen lugar y aprovechar un día soleado para esperar una buena corriente, que nos permita en familia volar muy alto y soñar en grande… y si alguna vez esa cometa se cae, no debemos culparnos, pues el amor con el cual la recogeremos será el que la hará más fuerte para aprovechar un próximo viento!
Es así como hemos cambiado nuestra imagen.. después de analizar miles de ideas que venían a la mente, nos identificamos con la cometa, la cual mantiene vivo nuestro propósito en Grandes Mentes de desarrollar niños conscientes, seguros de sí mismos, felices y líderes que puedan dejar huella en el mundo.
Hoy nuestra invitación es a volar esa cometa con amor, con ternura y mucha firmeza, tarde o temprano ella tomará los mejores vientos y alzará su vuelo como siempre lo soñaste y como deba de suceder.