Autora: Katherine Moncada Soto
Es común en la actualidad escuchar a los padres lanzando expresiones como: “Los niños ahora sólo quieren vivir pegados a su tablet”, “La tecnología está acabando con los libros”, o recordando los tiempos en donde aprovechaban su infancia con los juegos de mesa o juegos callejeros que permitían socializar y ensuciarse de pies a cabeza. Si bien es cierto que el relacionamiento en la infancia es un factor fundamental, también es cierto que como padres no podemos pretender que su infancia sea igual a la nuestra, sobre todo si somos conscientes de que nos encontramos en la era del conocimiento y la información, donde no solo los niños, sino también las empresas pasan por un momento donde las maneras de estar en contacto son diferentes, el conocimiento está a un clic y en ocasiones pareciera que la tecnología podría reemplazar al ser humano.
Es precisamente allí donde radica la necesidad de acompañar y educar a nuestros hijos de una forma distinta, integrando diferentes ciencias alrededor de la tecnología y el factor humano como base fundamental para el desarrollo de competencias esenciales y habilidades socioemocionales. Una de las formas propuestas en la actualidad es la educación a través de la robótica, la cual, a pesar de existir hace muchísimo tiempo, se presentaba con fines industriales y domésticos principalmente. Sin embargo, la cantidad y diversidad de conceptos aplicados en la robótica, hacen de ella un gran integrador de conocimientos con alto valor educativo.
Experiencias con Robótica educativa
La robótica educativa busca favorecer los procesos de aprendizaje y permite integrar de una manera muy completa y natural lo que actualmente se conoce como “Educación STEM” acrónimo en inglés de los nombres de cuatro materias o disciplinas académicas: Science, Technology, Engineering y Mathematics, que en nuestro sistema educativo corresponderían a Ciencias Naturales, Tecnología y Matemáticas. También se conoce como “STEAM” agregando una “A” que corresponde al tema artístico. De esta manera, no solo se invita a construir los propios robots y lograr conocimientos desde la lógica (hemisferio izquierdo del cerebro) sino también desde el arte, la creatividad y el desarrollo de competencias como la comunicación efectiva, trabajo en equipo, inteligencia emocional y el liderazgo (hemisferio derecho del cerebro), además de habilidades socioemocionales como la autoconciencia, autorregulación, determinación, relación con los demás y toma de decisiones. Todo lo anterior, termina proporcionando información de gran valor en cuanto al descubrimiento de talentos y pasiones de los niños, con el fin de garantizar un adecuado acompañamiento al infante y un enfoque más asertivo hacia sus áreas de interés, lo cual finalizará en un niño más feliz y seguro de sí mismo. Por otro lado, en ejercicios de robótica que involucran participantes de la familia, se fortalecen los vínculos y la forma de comunicarse.
Es así como se desarrollan experiencias para niños, adolescentes y adultos que permitan no solo construir robots, sino interactuar con otros, darse cuenta de las emociones que se van sintiendo en el proceso, como damos y recibimos instrucciones, que tanto perseveramos y como a través de este juego serio, se materializan conceptos que pueden ser llevados al ámbito personal, familiar y profesional.
Beneficios de la robótica
DESDE EL SER
Estimulación del pensamiento creativo, la innovación y las habilidades artísticas
Fortalecimiento de la Inteligencia emocional
Incrementa la tolerancia a la frustración
Mejora habilidades de comunicación, tanto efectiva como asertiva
Facilita la identificación de talentos
Permite desarrollar elementos básicos de Liderazgo
Mejora la autoestima, seguridad y capacidad de relacionamiento
DESDE EL HACER
Fortalece el pensamiento lógico y estructurado
Mejora la capacidad de trabajar en equipo
Favorece la orientación al logro
Fortalece la capacidad de resolver problemas, analizar y tomar decisiones con mayor agilidad
Trabaja la motricidad fina
Mejora la observación y la atención
“No hay emoción más intensa para un inventor que ver una de sus creaciones funcionando”